Ganándome la vida: Trabajando en el metro

Obvio que tenía que hacer la práctica

Después de mi primer trabajo pokemon que les conté, no trabajé en nada más hasta hacer la práctica. Yo lo cuento como trabajo porque era pagada así que vale y mucho.

Una compañera hizo la práctica en el Metro y una vez terminada me dejó a mi ahí, aunque tuve que trabajar en febrero y adiós vacaciones, necesitaba salir de ese «cachito» lo antes posible. El área de marketing estaba en el tercer o cuarto piso, era una salita chiquitita donde con suerte cabíamos tres personas: Mi jefa una alta de pelo largo, flaca súper desabrida, que de hecho yo la encontré igual a la cantante de Aterciopelados.

Mi jefa

La otra persona que trabajaba era un cabro jóven de unos veitialgo, muy hipster, pero notoriamente gay, enywey, la cosa es que los primeros días fueron de conocer al personal, lo que hacían y lo que haría yo, luego cuando entré a la universidad iba en mis tiempos libres obviamente debía cumplir tanto en la U como en la práctica, así que se me hizo muy complicado, pero fueron 4 meses muy entretenidos.

Recuerdo una situación que me colapso tanto que un día me encerré a llorar en el baño del Metro, resulta que mi jefa era de esas que solo dicen lo que se debe hacer y hablaba por teléfono todos los días con la nana, esa era su pega y obviamente toda la pega me la pasaba a mi, claro si para eso contrataba gente para hacer la práctica. Una semana yo estaba tan estresada por las solemnes que avisé que no iría hasta terminar. A la semana siguiente aparezco y encontré en mi escritorio sin mentirles una montonera de papeles y pendientes, obviamente pregunté de que se trataba y ella muy campante responde «Te dejé todo lo pendiente de la semana pasada ahí en tu escritorio, ah y hay algunas cosas que son para mañana» y yo muy campante respondo «¿Y tu no pudiste avanzar?» y ella igual de campante responde «Nooo, yo tengo muchas cosas que hacer», claro, como hablar por teléfono con tu nana pensé, por que no fui capaz de decirlo, aunque ahora que lo pienso debí de haberlo hecho, en fin, me senté en mi escritorio y empecé. Como soy rapidaveloz terminé todo el mismo día, mis compañeros iban y me agradecían mi trabajo y yo me encontraba feliz con ello, pero aún estaba mal por la mala actitud de mi jefa, fui al baño y lloré y lloré. Lloraba por su mala onda, por no ser consciente de que era una estudiante y de que obviamente las solemnes para mi eran más importantes en ese momento. Al salir del baño y no poder contener más lágrimas, un compañero de otra área me atrapó y nos pusimos a conversar, me contaba que ella con todos los practicantes era igual, se aprovechaba de ellos y ya todos ahí lo sabían, pero ella llevaba 10 años y era de las momias difícil de sacar.

Pobre de mi (jajaja)

Lo bueno de ese trabajo es que podía andar por el metro gratis, ya que uno de los beneficios era que te daban un boleto para que pudieras usarlo cuando quieras y ahorré mucho dinero por 4 meses. Lo otro bueno es que debía supervisar las instalaciones de esos típicos letreros de «usted está aquí» y los que están en el anden bien arriba indicando donde uno se encuentra y hacía que dirección quiere ir (también los diseñaba obvio).

Lo malo y el único mal recuerdo que me quedó fue mi ex jefa y el poco y nada de tiempo que tenía ya que de lunes a jueves iba a la U y cuando salía temprano debía irme al Metro y el viernes que lo tenía libre iba todo el día a la práctica, sábados y domingos se dejaban para hacer trabajos, por ende cero vida.